Nuestro cerebro genera recuerdos de todas y cada una de nuestras experiencias, continuamente, queramos o no. Todo aquello a lo que prestamos atención deja una marca en nuestra memoria. Pero esta marca suele ser débil, y al poco tiempo, olvidamos. Por ello, nos podemos preguntar... ¿Qué hace que unos recuerdos perduren más tiempo en nuestra memoria que otros, e incluso que los conservemos para siempre? Y para ser más prácticos, ¿qué podemos hacer para que aquello que aprendemos en una clase, un libro, etc. perdure más tiempo en nuestra memoria? Sé que muchos de ustedes estarán pensando en las emociones. Pero voy a dejar el tema de las emociones y el aprendizaje para futuros artículos, pues últimamente se dicen muchas cosas al respecto, supuestamente basadas en la evidencia científica, que son, digamos, "inexactas". En esta ocasión, pensemos más bien en acciones que podemos hacer voluntariamente cuando estudiamos para que el estudio resulte en aprendizajes más sólidos...